Estamos ya en los años 20 y aquí comienza la época que más me gusta.
La influencia de Japón y las culturas orientales se hace patente en todos los estilos de la vida. En el vestido de arriba, la falda está compuesta de triángulos de tela doblados de forma alternativa, al estilo Origami. Así, se hace patente la diferencia de texturas entre un lado y otro de la tela.
Aunque parece sencillo, la técnica es sumamente compleja.
Éste otro en cambio me encanta por la caida y la ornamentación de rosas que tiene en los laterales.
El lamé tiene una textura lacada que imita los artículos japoneses lacados. Es flexible y brillante y se utilizó mucho durante esta década, como en el vestido de arriba.
Es increible: sencillo y elegantísimo.
No sólo de Japón viven en los años 20. También se inspiran en la cultura egipcia, y el vestido de la imagen es un buen ejemplo.
Pero la mayor parte de los vestidos de alta costura estaban claramente inspirados en la cultura japonesa. Imitaban tanto el corte de las prendas, adaptando los kimonos a las prendas de vestir occidentales, como las técnicas textiles y motivos.
Este vestido colmado de pedrería podría llevarlo perfectamente Kate Moss en alguno de los multiples eventos a los que asiste. Es muy de su estilo, no creeis?
No sólo el corte de los vestidos se relajó, desencorsetando el cuerpo de la mujer, sino que también cambiaron las prendas interiores.
El de la imagen es tan delicado que yo no me atrevería a usarlo por miedo a que se estropeara!
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